Cómo hablar más en la cama: 7 maneras de hablar más en el sexo
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Siete pasos prácticos que puedes probar ahora mismo. Sin pornografía, sin presión, solo permiso.
Un miembro anónimo del público preguntó: "¿Cómo puedo ser más comunicativo en la cama?". Una pregunta divertida; engañosamente simple; muy solucionable. Como casi todo en el sexo, todo se reduce a algunos obstáculos psicológicos. Vamos a analizarlos y resolverlos.
1. Responda genuinamente al placer en la vida diaria
Si nunca expresas alegría en la vida cotidiana, ¿por qué de repente te pones a cantar notas de ópera en el dormitorio?
Practica la vocalización del placer durante los momentos cotidianos:
- Di “whee”, “squee”, “mmm” o “sííí” cuando algo te cause placer.
- Deja que tu cuerpo y tu voz respondan de forma natural.
Tu voz en el dormitorio es solo una extensión de la libertad con la que te permites existir.
2. Comience con el masaje
Toma una botella de aceite de masaje, túmbate, respira y recibe. Tu único trabajo es sentir y dejar que los sonidos fluyan.
El masaje funciona porque:
- La quietud suele ser tensión . La relajación permite el sonido.
- La respiración produce naturalmente gemidos, suspiros, gruñidos y otros ruidos involuntarios.
El masaje es un calentamiento que puede transformarse naturalmente en contacto sexual.
3. Narra lo que sientes
Antes de empezar, puede ser útil contarle a tu pareja lo que estás practicando . Un simple aviso sin presión, como "Estoy trabajando en hablar más" o "Puede que suene un poco raro mientras averiguo esto", reduce drásticamente la timidez. Enmarca cualquier pausa, risa o sonido extraño como parte del crecimiento, no del fracaso. También le ofrece a tu pareja la oportunidad de ofrecer apoyo y ánimo.
Si los gemidos aún no te salen de forma natural, prueba con la narración como entrenamiento.
Di lo que pase por tu cabeza:
- "Me gusta eso."
- "Eso se siente bien."
- "No te detengas."
- "Te deseo."
- "Oh, mierda."
- "Puedo sentirlo."
- "Gracias."
- "Estoy emocionado."
No necesita ser poético; basta con decirlo en voz alta . Con el tiempo, la narración se funde con la vocalización natural.
4. Crear seguridad ambiental
Para muchas personas, el silencio en la cama no tiene nada que ver con el deseo, sino con el miedo a ser escuchadas . Las paredes delgadas, los compañeros de piso, los hijos, los vecinos, la vivienda compartida o experiencias pasadas de ser pillados pueden entrenar al cuerpo para permanecer en silencio incluso cuando quiere expresar placer.
La seguridad ambiental es importante porque su sistema nervioso no se relajará completamente si cree que el sonido es igual a peligro.
Soluciones sencillas ayudan a que tu cuerpo se mantenga en pie:
- Cierre la puerta.
- Enciende música, un ventilador o ruido blanco.
- Elija horarios en los que la casa esté vacía o más tranquila.
- Cierre las ventanas o ajuste la ubicación de la habitación si es necesario.
Estos no son destructores del ánimo; son estructuras de permiso . Cuando tu cuerpo sabe...
Es seguro ser escuchado, el sonido se vuelve más fácil, más natural y menos inhibido.
5. Superar las normas de la infancia
Muchos adultos guardan silencio en la cama porque aprendieron a guardar silencio durante su infancia. Para algunos, esto se debe a una necesidad práctica; para otros, a un condicionamiento religioso o moral que consideraba el sexo pecaminoso, sucio, egoísta o algo que debía ocultarse y soportarse en lugar de disfrutarse.
Si le enseñaron que ser “bueno” significa ser silencioso, obediente o modesto en todo momento, su cuerpo aún puede asociar el placer vocal con el peligro o la vergüenza.
Pregúntese:
- ¿Cuándo fue la última vez que gritaste libremente?
- ¿Cantó fuerte?
- ¿Te reíste sin taparte la boca?
Si no eres ruidoso en ningún aspecto de tu vida, no lo serás de repente en el sexo. Ser expresivo en la cama empieza por permitir que tu voz, tu alegría y tu expresión física existan con seguridad en tu propio hogar.
6. Deja que la risa cuente
No todos los sonidos tienen que ser sexys, la risa cuenta absolutamente .
Ríete a carcajadas. Si tienes cosquillas, que te las hagan. Chilla, chilla, ríe, resopla, deléitate. Deja que el ruido salga sin intentar controlar el tono ni la forma.
La risa relaja el cuerpo, desarma la timidez y le dice al sistema nervioso que esta experiencia es lúdica y segura. Para muchas personas, la risa es el sonido de entrada; una vez que el cuerpo recuerda que puede hacer ruido, otros sonidos suelen surgir de forma natural.
El placer no tiene que ser serio para ser real. A veces la alegría abre la puerta antes de que el deseo la cruce.
7. Superar la vergüenza
Algunas personas permanecen en silencio porque les avergüenza lo mucho que disfrutan del sexo.
Ellos temen:
- Ser juzgado.
- Ser “demasiado”.
- Les quitaron el placer.
- Ser rechazado.
Pero en tu propia habitación, con una pareja que quiere complacerte, tus sonidos son el estímulo definitivo. Los sonidos son información , no una actuación pornográfica; le indican a tu pareja qué funciona y qué debe seguir haciendo. El entusiasmo vocal motiva a la pareja a hacer más de lo que le hace sentir bien.
Sumérgete en el momento; entrégate al placer; deja que tu voz se escuche. El buen sexo prospera con la retroalimentación genuina.
Reflexiones finales
Ser más vocal en la cama es cuestión de permiso :
- Permiso para sentir.
- Permiso para expresarse.
- Permiso para ocupar espacio.
Y permiso para empezar poco a poco .
Un suspiro cuenta. Un murmullo cuenta. Una sola palabra como "sí" o "mm" cuenta. No tienes que pasar del silencio a gritar de la noche a la mañana. La vocalización es una habilidad, y las habilidades se desarrollan gradualmente.
Tu voz no es una actuación; es una exhalación emocional. Cuanto más te permitas expresarte libremente, incluso en detalles mínimos, más alto volarán ambos.
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